miércoles, 30 de mayo de 2007

elmundo.es, explotando las posibilidades de la red

Internet se ha convertido hoy día en uno de los medios preferidos por los usuarios para informarse acerca de temas de actualidad. La “gran red” es ya una fuente de información a gran escala y la mayoría de los medios de comunicación tradicionales se han subido al tren de la digitalización, saltando del papel a la pantalla, cambiando la tinta por el bit.

El periódico El Mundo es un muy buen ejemplo de diario digital, un portal muy completo que permite al usuario conocer las noticias del día, tener información variada acerca de diversos temas de la actualidad y una amplia variedad de posibilidades multimedia, así como diferentes elementos de interactividad que permiten que exista una verdadera comunicación recíproca entre medio y lector.




A primera vista, si nos sumergimos en un análisis detallado del portal (http://www.elmundo.es/), llama la atención el diseño y características de cada una de las noticias de portada en función de su relevancia. Esta forma de jerarquizar las noticias se hace evidente en aspectos como el lugar que ocupa la noticia dentro de la web, su tamaño, el número de enlaces y vínculos que posee y complementos multimedia que ofrecen información sucinta.

Las noticias ubicadas en la portada de las secciones Internacional y Cultura utilizan un mayor número de elementos multimedia (principalmente fotografías y archivos de vídeo), que tratan de complementar las informaciones escritas ofreciendo así más posibilidades de las que se pueden disfrutar en la edición impresa. Por otro lado, las secciones de Nacional y Local presentan un mayor número de enlaces y vínculos hacia otras noticias o especiales en profundidad sobre el tema, generalmente de la propia hemeroteca del medio (enlaces internos).

Otro aspecto a tener en cuenta es la interactividad del medio, es decir, los elementos que posibilitan una comunicación bidireccional entre el usuario y el medio, aquellas opciones que permiten que el usuario pueda personalizar las informaciones, valorarlas, enviarlas a un amigo, etc. Cabe destacar que, a diferencia de otros diarios digitales, las noticias de El Mundo no permiten dejar comentarios para realizar una valoración personal. Sin embargo, sí que es posible escucharlas en formato audio, imprimirlas en papel, corregirlas en caso de error por parte del periodista, enviarlas a un amigo, votarlas o contratar un servicio de envío por sms.

Además, es posible personalizar la página de portada del periódico, modificando los distintos módulos y dando preferencia a aquellas secciones o titulares que más le interesen al lector. Esta opción da también la posibilidad de establecer elmundo.es como página de inicio al conectarse a internet.

Además, es importante señalar también que la versión digital de El Mundo cuenta con un amplio abanico de blogs del propio medio. En ellos se tratan temas muy diversos, desde política hasta el sexo, de un modo más desenfadado. Con esto se consigue una mayor interactividad por parte del usuario.


Por todas estas características, elmundo.es se consolida como un medio digital muy completo, en el que no sólo se vuelcan a Internet los contenidos de la edición impresa, sino que se tratan de aprovechar todas las oportunidades que ofrece la red. Sin embargo, en su afán por explotar todas las posibilidades multimedia, elmundo.es puede llegar a pecar de excesivo. La abundancia de enlaces, fotografías y vídeos genera un número inmenso de estímulos visuales en la misma página que puede llegar a perder al usuario. No conviene saturar al lector con estos elementos, pues podría desembocar en un efecto contrario de desinformación.

jueves, 24 de mayo de 2007

La ruta natural

A continuación publico el vídeo del cortometraje ganador del festival de cine de Sundance: "La ruta natural". El corto de Álex Pastor muestra de forma exquisita los efectos del paso del tiempo sobre las personas y la irreversibilidad de éste, algo que el hombre nunca conseguirá aceptar.

Sin más rodeo, aquí lo tenéis. Espero que lo disfrutéis y os guste tanto como me gustó a mí. Creo que es un corto que da bastante en qué pensar; un buen bocado para los cinéfilos.

domingo, 13 de mayo de 2007

Recuerdos y gallinas

Anoche, y después de mucho tiempo esperando, al fin tuve la ocasión de ver "Annie Hall", la que se dice es la obra maestra del genial Woody Allen. Una película increíble, sí señor. Si bien al principio me pareció algo lenta y complicada, a medida que ésta avanza es imposible no sumergirse en la historia y aprender a querer y a odiar a sus protagonistas, tan reales como la vida misma. La película es en sí un enorme mosaico de vagos recuerdos que van y vienen en la memoria de Alvy, un hombre que perdió a la mujer a la que amaba debido a sus miedos e inseguridades y que a pesar del tiempo sigue locamente enamorado de ella.


Después de ver esta película no pude evitar acordarme de la extraordinaria "Olvídate de mí" (2004, Charlie Kaufman y Michel Gondry), ya que encontré en ella numerosos paralelismos a la obra de Allen. "Olvídate de mí" (en inglés "Eternal sunshine of the spotless mind", p***s traductores!) iba un paso más allá adentrándose aún más en el subconsciente del protagonista y jugando con un argumento surrealista sobre la supuesta posibilidad de borrar a una persona de tu memoria. Kauffman y Gondry lanzaban así algunas preguntas inquietantes: ¿Es el ser humano capaz de olvidar? ¿Serías capaz de eliminar todos tus recuerdos sobre una persona tras una mala relación? Y, la más importante, ¿estarías dispuesto a empezar una relación con una persona aun sabiendo que no acabará bien?


Las dos cuentan de forma parecida dos historias tan reales que duelen, dos películas de amor tremendamente sinceras, inteligentes y tristes que nos hablan de la degradación del amor y el fin de las relaciones.

Al final de "Annie Hall", Alvy (personaje interpretado por el mismo Woody Allen) cuenta un chiste que trata de dar explicación a la historia y a la vida misma. El chiste dice algo así como:
- Doctor, mi hermano está loco, cree ser una gallina.
- Pues intérnelo.
- No puedo, necesito los huevos.

Con este chiste resumía Allen a la perfección las relaciones humanas. "Son totalmente irracionales, locas y absurdas. Pero no podemos prescindir de ellas porque, la mayoría de nosotros... necesitamos los huevos".

martes, 8 de mayo de 2007

"Nuestra noche"

Quisiera perseguir algún poema
que hablase de mis noches, nuestra noche,
la misma noche cálida de rostros conocidos,
en el mismo rincón, ya no hace falta
preguntar lo que bebe cada uno.

Escribir, por ejemplo, puedo cerrar los ojos
y todo sigue igual, abro despacio
la puerta fría de color madera,
intimidad con humo de luz almacenada,
y risas en el fondo,
y una voz que denuncia mi costumbre
de llegar siempre tarde.

Escribir, por ejemplo, son ahora
mucho menos frecuentes estas noches,
y recuerdan inviernos negociados
con renta de amistad, y tienen algo
de temblor fugitivo.

Las caras han cambiado. Saben cosas
y se parecen más a nuestras vidas.

Escribir, por ejemplo, que los ojos,
cuando pasa la noche y en la calle
duele la luz del alba,
tienen otra manera de mirarse,
un modo más avaro de pensar
en los años, los meses, las semanas,
los días y las horas.

Noche eterna, tal vez
será mejor llamarte reincidente.

Luis García Montero

Tarde de perros (lluvia de ceniza)

Hace tiempo que dejaron de asustarme las tormentas. Hace tiempo que dejé de buscarte en una esquina del sofá, en una sombra en el espejo. Porque hace tiempo que desaté los nudos de esta adolescencia y ahora me siento como un anciano prematuro, como un maestro sin legado, un poeta en el exilio. Y la pena se escurre y las sales de la tierra me delatan. Y me hundo y me siento y me sacudo; y me pierdo. Y me pierdo en los parques y me hago nómada del viento, y persigo dos lunas soltando lastre a ras del suelo.

Navego sobre la arena virgen sorteando charcos, buscando un colchón prestado en el que caerme muerto; pero todos los portales están sellados. Tan sólo escucho, escucho el discurso senil de la lluvia que hace vibrar mis membranas. Esa lluvia abandonada que me duele y me quema el paladar, una lluvia ajena, huérfana. Y sigo soñando con tardes de futbolín, con somieres que rugen y nudos que se aprietan. Con camisas recién lavadas, con la frivolidad de una página muerta y el dulce aroma de un petardo.

De vuelta de todo, de vuelta de nada. Trago mis palabras; absorbo el aire de la hierba y eyaculo paz sobre las flores. Ya no me asustan las tormentas, ya no me busco en ninguna parte. Sólo yo sé quién soy, sólo yo me estrello cada noche en la habitación de un motel con hambre de sexos confluidos.



>> Escuchando... "Tarde de perros" de Quique González