domingo, 13 de mayo de 2007

Recuerdos y gallinas

Anoche, y después de mucho tiempo esperando, al fin tuve la ocasión de ver "Annie Hall", la que se dice es la obra maestra del genial Woody Allen. Una película increíble, sí señor. Si bien al principio me pareció algo lenta y complicada, a medida que ésta avanza es imposible no sumergirse en la historia y aprender a querer y a odiar a sus protagonistas, tan reales como la vida misma. La película es en sí un enorme mosaico de vagos recuerdos que van y vienen en la memoria de Alvy, un hombre que perdió a la mujer a la que amaba debido a sus miedos e inseguridades y que a pesar del tiempo sigue locamente enamorado de ella.


Después de ver esta película no pude evitar acordarme de la extraordinaria "Olvídate de mí" (2004, Charlie Kaufman y Michel Gondry), ya que encontré en ella numerosos paralelismos a la obra de Allen. "Olvídate de mí" (en inglés "Eternal sunshine of the spotless mind", p***s traductores!) iba un paso más allá adentrándose aún más en el subconsciente del protagonista y jugando con un argumento surrealista sobre la supuesta posibilidad de borrar a una persona de tu memoria. Kauffman y Gondry lanzaban así algunas preguntas inquietantes: ¿Es el ser humano capaz de olvidar? ¿Serías capaz de eliminar todos tus recuerdos sobre una persona tras una mala relación? Y, la más importante, ¿estarías dispuesto a empezar una relación con una persona aun sabiendo que no acabará bien?


Las dos cuentan de forma parecida dos historias tan reales que duelen, dos películas de amor tremendamente sinceras, inteligentes y tristes que nos hablan de la degradación del amor y el fin de las relaciones.

Al final de "Annie Hall", Alvy (personaje interpretado por el mismo Woody Allen) cuenta un chiste que trata de dar explicación a la historia y a la vida misma. El chiste dice algo así como:
- Doctor, mi hermano está loco, cree ser una gallina.
- Pues intérnelo.
- No puedo, necesito los huevos.

Con este chiste resumía Allen a la perfección las relaciones humanas. "Son totalmente irracionales, locas y absurdas. Pero no podemos prescindir de ellas porque, la mayoría de nosotros... necesitamos los huevos".

1 comentario:

Elena G. Antón dijo...

Genial, sencillamente genial. Tanto ambas películas como tu reflexión sobre ellas. Gracias por este blog tan ameno e interesante!